Habló Mourinho y subió el pan
Estábamos tranquilos y sacó el cuello otra vez Mourinho, en la RTP. Se delata en según qué cosas, se enreda en según que otras. Y una vez más deja en mal lugar al Madrid, el club que le sustenta con un costo que ya veremos al final hasta qué punto resulta excesivo. Malestares futbolísticos al margen, hay algo en su declaración que me parece horrible: eso de que es difícil ser portugués en España. Leyéndolo recordé que, durante su estancia en Milán, ‘Sky Sport Italia’ proclamó santa a su señora esposa, desde el sobreentendido que aguantar a este hombre cada día da derecho al Cielo. Era Italia, no España.
Un buen amigo, Pereira Ramos, corresponsal de ‘A Bola’ en Madrid desde hace muchos años, me hizo notar que Figo y Futre, dos tipos que podrían permitirse vivir en cualquier parte del mundo, se han quedado en España, señal de que no sienten ningún rechazo. Lo que le pase a Mourinho tiene que ver, como le pasó a Clemente, con su forma de ser. Clemente apeló en su día a su condición de vasco, Mourinho apela ahora a la de portugués. Les emparenta la misma forma desafiante de estar en la vida y el mismo punto de cobardía que les hace buscar el refugio del chiquero cuando lo creen conveniente.
Gran entrenador Mourinho, pero demasiado enmarañador. Ahora canta que si no fue a Zúrich no se debió al trabajo. Ya lo demostró AS en su día. Él mismo confiesa que vuelve a su casa cada día a las cuatro. No, si no fue a Zúrich no fue por trabajo, sino porque Pandev (¿y quién más?) le dijo que le alteraron el voto. ¿Será verdad y se contabilizó mal? ¿O dice eso Pandev ahora para quedar bien con Mou? Del Bosque ganó con un 34,51% contra un 20,49% de Mourinho. ¿Alguien puede pensar en un vuelco doloso de esa magnitud? En fin, Mourinho es así. Cada vez que habla consigue que suba el pan.