Cristiano, enemigo público en Vigo

Cristiano debería ser declarado en breve enemigo público número uno de Vigo y localidades de su entorno. Ya en la Copa le hizo la cusqui al Celta; en la ida, en Vigo, ganaban los locales por 2-0, con el Madrid en lo más hondo de aquel bache-torrija que duró bastantes semanas cuando Cristiano se empeñó y, solo y sin la compañía de otros, arrancó el 2-1. En el de vuelta hizo ‘hat trick’. Anoche fue de nuevo la pólvora del Madrid en un partido que el Celta abrió y cerró bien, mostrando buenas maneras y remate, pero en el que tuvo un largo rato en el que le faltó el atrevimiento. Y eso le liquidó.

La salida del Celta fue estupenda. En diez minutos había provocado cuatro paradas de Diego López, superlativas dos, estupendas las otras dos. Se defendía además bien, con la trampa del fuera de juego, tenía controlado el partido. Pero en cuanto un par de veces el Madrid se avivó y le dio sendos sustos rompiendo con la segunda línea, se acobardó excesivamente. Se empotró en el área y entonces fue el turno de Javi Varas, que mantuvo la portería en cero hasta el descanso. El Madrid, sin los arrebatos que tanto benefician su juego, pero con buena técnica, forzó varias ocasiones.

Ya en la segunda mitad, los dioses del fútbol castigaron una imprudencia de Abel: hacer un cambio en un córner en contra. Inmediatamente resucitó el Celta, premiado con gol del fenomenal Iago Aspas. Y ya hasta el final, otra vez el Celta atrevido, ocasiones (Diego López afeó su gran imagen inicial con dos fallos), ataques del Madrid... Kaká, otra vez los pies ligeros, forzó el penalti salvador. El apretón final del Celta no tuvo premio. Al Madrid ahora se le arreglan los partidos que antes se le estropeaban. Y hasta ha adelantado al Atlético, batido por un gol irregular de Xabi Prieto. Las rachas. Fútbol es fútbol.