El momento para volver a empezar

La decisión de la UCI está provocando una cascada de reacciones diferentes sobre el futuro del ciclismo. En mi opinión, creo sinceramente que ayer fue un día grande para el deporte en general y para el ciclismo en particular. La soberbia es mala consejera en el deporte y si encima va unida a la prepotencia, se convierten en un binomio demoledor. Y esto es lo que le ha ocurrido a Lance Armstrong. Desde el punto de vista médico, nos parece paradójico que una persona que ha tenido la suerte de vencer al cáncer, cree el más sofisticado sistema de dopaje de la historia del deporte, contando con los profesionales médicos y paramédicos más inmorales que pueden existir, dando patadas al juramento hipocrático.

El fin justifica los medios para este grupo de profesionales con tal de obtener la victoria. Y si alguien se sale de la fila, se le borra del mapa y no pasa nada. Pocas veces a lo largo de mi vida dentro del deporte he visto y oído comentarios descalificadores tan unánimes de los propios deportistas, contra un compañero, como en este caso. Esto va a hacer recapacitar a los máximos dirigentes de este maravilloso y bello deporte. Las sensaciones que nos produjo a los aficionados la última Vuelta son la mejor medicina y para luchar a favor de la pureza del ciclismo.