El Barça a ocho, el Madrid se cae

El Barça a ocho, el Madrid se cae

El Madrid saltó al Sánchez Pizjuán a ocho puntos del Barça y a la misma distancia se retiró a la ducha. Frente a la imagen solvente del Barça en Getafe, el Madrid no llegó a meterse seriamente en el partido de Sevilla en ningún tramo. Noche feliz para Míchel, cuyo equipo salió enchufadísimo, se adelantó enseguida con un gol de laboratorio y luego apretó al Madrid con espíritu y con un plan bien concebido y mejor ejecutado. El Sánchez Pizjuán, que había visto sendos 2-6 a favor del Madrid las dos últimas temporadas, disfrutó con un partido bravo de los suyos, de esos que dejan feliz a la afición.

Lo contrario que el Madrid. Cómo será la cosa que Mourinho compareció ante la prensa casi abatido. Sólo hay tres jugadores con la cabeza en el fútbol, vino a decir. Los demás no están a ello. "Es mi culpa", dijo, y tiene razón, porque su trabajo es que los jugadores defiendan el título, que no se conformen con la Liga de los 100 puntos y los 121 goles, que ya pasó. Esto ha empezado de nuevo, pero para el Madrid, no. Se ha esmerado en los partidos de Supercopa con el Barça, en los demás se ausenta. Ahora se valora más el mérito de Guardiola por mantener al Barça enchufado después de tantos títulos.

La jornada, además, prestigió a Tito Vilanova, que hizo un buen manejo de la plantilla. Fuera Alves, Messi descanso de salida, salieron los que mejor estaban, las bajas de Iniesta y Alexis no provocaron menoscabo. Xavi movió los hilos, todo funcionó, hubo lugar para dos goles de Messi y uno de Villa. La figura de Tito se agrandó ayer, crece al compás de esa diferencia que ya llega a ocho puntos, una exageración cuando van cuatro jornadas. El Madrid se cae, no reacciona, esto toma aire de crisis. Ya no es cosa de si Cristiano está triste o no. Ahora todo el madridismo está triste. Inesperadamente triste.