Bolt, el relámpago que no pasó por La 1

Bueno, pues Bolt no defraudó. Ni dolor de espaldas ni gaitas. No fue el mejor en la arrancada, claro, pero cuando alcanzó su velocidad tope (45 kilómetros por hora) la mantuvo durante 30 metros y fue distanciando a sus rivales, todos los cuales, salvo Powell, por lesión, bajaron de los 10 segundos. Una final grandiosa, que puso muy bien en perspectiva José Luis López en la magnífica transmisión de la SER: Carl Lewis, aquel al que llamábamos 'El Hijo del Viento', hubiera sido anoche quinto con la mejor de sus marcas en toda su carrera. Bolt no es hijo del viento, es mucho más. Es 'El Relámpago'.

Una estatura (1,96) impropia de un velocista, pero con una frecuencia de zancada igual a los de 1,80. Sólo que la suya alcanza los 2,70 metros. A su máxima velocidad llega a pasar de los 12 metros por segundo. Un prodigio de la naturaleza, aunque con un defecto que le hace sufrir: tiene una pierna centímetro y medio más corta que otra, lo que le provoca una desviación de columna que le obliga a alternar cada hora de duro entrenamiento con otra de recuperación. Voluntad y constancia que contrastan con su aire alegre y el guiño despreocupado de sus 'shows' en la salida. Talento natural y trabajo duro.

Se quedó a cinco centésimas de su récord mundial. Lástima. Pienso que esa medida draconiana de la eliminación fulminante a la primera salida nula (que él sufrió en el Mundial) no hace ningún bien. Resta algo en la puesta en marcha. ¿Pudo haber estado ahí el récord? En todo caso fue una carrera colosal, un espectáculo que habrá disfrutado como cada cuatro años toda la Tierra. Algo menos en España, por esa genialidad de emitirla por Teledeporte en vez de por La 1. El afán de popularizar el canal deportivo es lo que explica, que no justifica, esa medida brutal que irritó a muchísimos españoles.