Mourinho planta sus reales en Madrid

Mourinho planta sus reales en Madrid

No hace mucho, un alto personaje del Madrid me decía, sobre Mourinho: "Este hombre hasta ahora ha sido un nómada, pero llegará el momento en que quiera plantar la tienda. Y yo espero que sea aquí". Bueno, pues así parece. Ha alargado dos años su contrato, y si, como sería de esperar (para eso se firman los contratos) lo cumple, habrá completado un ciclo de al menos seis años en el club. El primero como entrenador, los cinco siguientes como manager. En lo que va de siglo, el Madrid había tenido, hasta Mourinho, diez entrenadores y seis managers o directores deportivos.

Llega la estabilidad, si es que con Mourinho se puede utilizar tal palabra, que no estoy seguro. Más años, más poder. La Ciudad Deportiva irá de su mano, los servicios médicos tendrán su supervisión. El Madrid se pone aún más plenamente en manos de este hombre, magnífico profesional, pero al que hay que pedirle una conducta mejor. Va haciendo esfuerzos en ese sentido, pero cualquier recaída hace que en el imaginario colectivo resuciten turbulentos recuerdos del pasado próximo. El club ha pagado un precio por tener a Mourinho, pero bien se puede pensar que en ese sentido nada va a ir a peor.

Como entrenador lo encuentro buenísimo, aunque con un pero: esa pulsión defensiva que le hizo echar al equipo atrás ante el Barça o el Bayern en el Bernabéu. Como manager, hay síntomas de abuso (los casos Mendes o Coentrao) tan groseros que no dejo de pensar que se trataba de hacer visible su poder, de marcar territorio. Ahora que nadie le discute nada bien podrá ahorrarse estos desmanes. En la autoentrevista en la web del club hay mensajes positivos. Habla de jugar un fútbol que no sea sólo ganar partidos, sino también ganar aficionados. Y de respetar la historia del Madrid. Eso suena bien.