Ni Mourinho ni el Madrid se van a rendir

Ni Mourinho ni el Madrid se van a rendir

El Madrid está en Ponferrada, el Barça está en Japón. Ésa es una verdad. La otra es que el Madrid no piensa rendirse. Lo dijo ayer Mourinho: "No nos cambiamos por nadie. Somos líderes". Me gusta, como me gusta que se sienta halagado por verse equiparado en la historia del club con Miguel Muñoz y sus quince victorias consecutivas, que algún día superará. Lo que ayer dijo Mourinho está íntimamente unido a la esencia del deporte: después de caer hay que levantarse y seguir con la misma fe. En eso consiste ser grande: no se trata de no perder nunca, sino de no complacerse en la derrota.

El Madrid perdió con el Barça porque el Barça fue mejor. Mourinho no recurrió a la no expulsión de Messi, rechazó las preguntas sobre el flojo rendimiento de Cristiano en el partido. Se centró en recordar que en la Champions su equipo ha ganado todos los partidos, que en la Liga es líder, a salvo de que el Barça ha jugado una jornada más, y que en la Copa todo el mundo parte de cero al empezar cada eliminatoria. Y luego hizo un repaso razonable de los que van y los que descansan, por una cosa o por otra. El fútbol mismo, que, como la vida, se reconstruye una y otra vez tras cada contratiempo.

Me gustó esta reacción de Mourinho, su serenidad tras lo que pasó. Porque lo que pasó fue bastante: ganó el Barça, acreditó ser mejor, y tras ganar ese partido se fue al aeropuerto para viajar al Mundial de Clubes, mientras el Madrid preparaba su viaje a Ponferrada para jugar la Copa. No es fácil dar la cara en una situación así y ayer lo hizo Mourinho de una forma convincente. De todo esto me queda el retrato de que este Barça es formidable, es único, pero que el Madrid no piensa rendirse. Líder en la Liga, a poco que puntúe en Sevilla, récord en Champions, kilómetro 0 en la Copa. El Madrid.