Madrid o Valencia, puñetazo en la mesa

Madrid o Valencia, puñetazo en la mesa

Diez de la noche, Mestalla, partidazo. El Valencia llega hasta aquí a cuatro puntos del Madrid y a uno del Barça. Si gana esta noche estará a un punto de la cabeza, haga lo que haga el Barça. Eso es lo que se le pide al Valencia: que esté ahí. No que gane la Liga, que quizá se ve imposible, pero sí que no se entregue, que venda cara su piel. Está cerca el 3-6 del año pasado, que dejó en las cuerdas a Emery, pero está más cerca el 2-2 de esta temporada ante el Barcelona. Valencia vibra y se agrupa en torno a su equipo, y se viste de 'senyera' para dar más calor y más calor a sus gradas. El Valencia no se rinde.

Hay algo que en el Valencia inyectó Francisco Roig en su paso por el club, más corto y más polémico quizá de lo que hubiera sido conveniente. Inyectó rebeldía contra el duopolio nacional. ¿Por qué no podemos estar donde el Madrid y el Barça, por qué hay que rendirles pleitesía? De ese grito sacó el Valencia fuerza para alcanzar sus mejores triunfos en muchísimos años. Y aún ahora, que ya no parece posible plantarles cara a los dos grandes, el Valencia se siente obligado a ello. Y si tiene que conformarse con ser tercero, sus aficionados exigen serlo a una distancia digna, no a veinte puntos.

Así que esta noche irá a por todo. Pero el Madrid también va a por todo. Más maduro que el año pasado, decía anteayer Cristiano. Con la mejor plantilla que le he conocido. Con un contraataque devastador. Con un Cristiano feliz que se ha quitado un peso de encima tras dejar a Portugal metida en la Eurocopa, y que ahora se batirá con la mente más despejada. Un Madrid para dar miedo, pero que tampoco en todo lo que va de temporada se ha enfrentado todavía a un desafío así. Si gana este partido habrá dado un puñetazo en la mesa. Pero el Valencia también quiere dar un puñetazo en la mesa.