Zidane, Messi y el peso de la elegancia

En páginas centrales nos hacemos reflejos de un estudio que ha hecho la UEFA entre periodistas, futbolistas y los seguidores de su web sobre quién ha sido el mejor futbolista de la Champions. Desde que se llama Champions, se entiende, lo que excluye a los anteriores. Vaya por delante mi felicitación: mucho mejor dedicar la revista a estas cosas, estas discusiones en las que nos encanta perder el tiempo a los aficionados, que a bordear al Madrid, como hacía un número reciente. Y en segundo lugar, mi sorpresa: sale Zidane el primero, por delante de Messi, al que siguen Maldini, Xavi y Raúl.

¿Zidane mejor que Messi? Mejor no, más elegante sí, más elegante que nadie que yo haya visto. Ese fue su gran valor. Messi sale en el último año a gol por partido, es decisivo cada vez que su equipo se ve en apuros, resulta incontrolable. Zidane, espléndido conductor de juego, marcaba pocos goles, pero nos hacía amar el fútbol por esa belleza de cisne con que lo jugaba. Esa facilidad explica la admiración de sus compañeros y entrenadores, y la belleza de su juego pone a sus pies a los aficionados de todo el mundo. Hasta ese punto exagerado de ganar a Messi, mucho más decisivo, pero mucho menos estético.

Los tres siguientes significan un premio a la constancia: Maldini, Xavi y Raúl. Muchísimos partidos, muchas copas ganadas, noches, noches y noches de excelencia desde su disposición natural de trabajar para el compañero. Me parece bien. Lo que ya me choca, y me parece la mancha de la lista, es que Cristiano Ronaldo no aparezca hasta el número 30, sobre un total de 50. En los tramos más altos de la Champions todavía no ha estado realmente a su altura y eso puede explicar que no esté en el podio. Pero el 30 tampoco es su puesto. No hay duda de que contra él hay un prejuicio negativo.