La maldición de los 100 metros
Otra estrella de los 100 metros va a ser sancionada por dopaje, esta vez, probablemente, a perpetuidad. Se trata, claro, del jamaicano Steve Mullings, cuyo positivo, que se produjo en los Campeonatos Nacionales de su país, se conoció casi en vísperas de los Mundiales de Daegu. Tiene antecedentes, porque en 2004 se le detectó un exceso de testosterona, así que seguramente será sancionado de por vida. Un velocista más que cae en una especialidad que tiene un fuerte historial de casos positivos.
Steve Mullings, que cumplirá 29 años el próximo día 28, estaba acreditado en 9.80 este año, lo que le situaba como cuarto en el ránking del hectómetro, sólo por detrás de sus compatriotas Usain Bolt (9.76) y Asafa Powell (9.78) y del estadounidense Tyson Gay (9.79), e inmediatamente por delante del también jamaicano Yohan Blake (9.82), el ganador en Daegu. Hizo la marca el 4 de junio, en Eugene (Estados Unidos), y ganó una carrera en la que seis atletas bajaron de los diez segundos, empatando el máximo histórico de velocistas por bajo de esa barrera en una sola prueba.
Como los Campeonatos de Jamaica, en los que dio positivo, se celebraron el 24 de junio, su marca de 9.80 permanecería en las listas, porque la marca es anterior a su dopaje Mullings ya ha dicho que apelará al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS, según sus siglas en inglés).También colea otro presunto caso positivo, el del estadounidense Mike Rodgers, segundo en esa misma carrera de Eugene, y acreditado en un tiempo de 9.85.
Y es que los 100 metros tienen un amplio historial de casos de dopaje. El primero y más famoso, el del canadiense (nacido en Jamaica) Ben Johnson en los Juegos de Seúl 1988 (9.79). Luego regresó a la competición, con resultados mediocres... y volvió a dar positivo. En esa lista de purasangres relacionados con el consumo de sustancias prohibidas está otro atleta también nacido en la isla caribeña, aunque de nacionalidad británica: Linford Christie (9.87), campeón olímpico en Barcelona 1992 y del mundo en Stuttgart 1993, cuando tenía 33 años y aunque parezca mentira, era abuelo. Cuestión de precocidad suya y de su hijo.
Y sigue la negra relación: los estadounidenses Justin Gatlin (9.77) y Tim Montgomery (9.78), que perdieron sendos récords mundiales; su compatriota Dennis Mitchell (9.91), que justificó su exceso de testosterona en el hecho de que hacía mucho el amor; el británico Dwain Chambers (9.87)... Y entre las mujeres, las norteamericanas Marion Jones (10.65), Torri Edwards (10.78), la griega Ekaterini Thanou (10.83), la alemana Katrin Krabbe (10.89), que brilló con la RDA, primero, y luego con la Alemania Unificada... La jamaicano-eslovena Merlene Ottey (10.74), fue suspendida cautelarmente y no pudo competir en los Mundiales de Sevilla 1999, pero luego fue exculpada.
Y volvemos al británico Dwain Chambers. El Comité Olímpico Británico se mantiene en sus trece: hará caso omiso a la decisión del TAS y no seleccionará para los Juegos de Londres 2012 a aquellos deportistas del país que hayan tenido sanciones por dopaje superiores a seis meses. Es el caso de Chambers, claro, que quería poner fin a su carrera deportiva precisamente en la capital británica. No será seleccionado. El velocista ya ha dicho que apelará al TAS, que se supone le dará la razón. En Gran Bretaña la polémica es muy fuerte.