Hace bastantes semanas que tengo la impresión de que Mourinho es otro. Desde que llegó he hablado con mucha gente del Madrid sobre sus excesos verbales y gestuales, y siempre me han dicho que estaba en vías de corregirse. Yo no lo veía así. Pero ahora sí tengo esa impresión y me atrevo a escribirlo porque ya hace suficiente número de semanas que la tengo. Posiblemente lo de la Supercopa le ha hecho cambiar. Aquel exceso fue tremendo y ojalá que sea el último. Desde entonces no han pasado cosas alarmantes, aunque sí se le han computado como tales algunas que en otros pasarían como si nada.

Porque parece que ahora que se modera muchos echan de menos al Mourinho gamberro y tratan de redescubrirlo a la menor ocasión. Si dice que todos deberían animar como los de detrás de la portería es hacer apología de los ultrasur, si prefiere las preguntas en castellano mejor que en catalán es que es un borde... Pero yo recuerdo las cosas de hace un año (lo de irse con Portugal, lo de Pedro León, lo de Preciado, la expulsión ante el Murcia, todo ello entre septiembre y estas fechas) y no hay comparación. Yo sólo le reprocho aquel comentario sobre la pelotera del España-Chile, que creo que le sobró.

En fútbol es inevitable meterse en algún lío de cuando en cuando. Lo da el mundillo. Lo de Mourinho iba mucho más allá, alcanzaba los niveles de Clemente o los excedía. Pero ya no. Ahora hasta aguanta impávido una provocación como la de Vinyals, para decepción de muchos. Será que las cosas le van tan bien, que tiene tanto el control, que está más tranquilo. Será que a él mismo le espantó su actitud con Vilanova. Serán los buenos consejos que reciba. Será todo junto, posiblemente. Pero está enterrando el personaje malo y ya sólo se ve al gran entrenador que es. ¡Espero no tener que rectificar!