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La vuelta al mundo con 14 merengues y un antídoto

El Virus FIFA lo tenemos nosotros, los que nos quedamos en casa sin Liga. Y no hay vacuna. Los síntomas duran varios días, y sólo se te pasa un poco el escozor con partidos como el de Wembley, un placebo para 90 minutos que, al final, si hay derrota y el encuentro es en sábado, te deja aún peor, más melancólico que antes. Nunca pensaste que los partidos de Segunda te arreglarían un fin de semana. Lo de los futbolistas es otra cosa, ellos ya han interiorizado su ritmo de dos partidos a la semana, y la influencia de los choques internacionales depende más de los detalles del juego que de las distancias recorridas. Se habla demasiado del cansancio. ¿No era el fútbol un estado de ánimo? Entonces los buenos partidos y las victorias con la selección serían un acicate. Aunque lo de jugar en Costa Rica sólo compensa para la tarjeta Iberia Plus.

Cómo afecta este trasiego a clubes como el Real Madrid? Pues depende. Para la visión tradicional del balompié parece malo. Pero, a pesar de los riesgos, narcotizados por este fútbol moderno con el que mantenemos una relación de amor-odio, el Real Madrid como institución también se aprovecha: es Iker Casillas el que recibe el elogio unánime por su récord de encuentros con España; es Cristiano el que abandera la ilusión de todo un país por llegar a la Eurocopa; son Xabi Alonso, Sergio Ramos y Arbeloa y los que pasean la estrella de La Roja por doquier. Lo mismo con Higuaín, Özil, Benzema y así hasta catorce madridistas por el mundo. Visten otra camiseta por unos días, pero el mundo entero sabe que son futbolistas del Real Madrid. Ése es el único antídoto que funciona.