Del Bosque tiene la costumbre de llamar a 23 para estas convocatorias, el mismo número de los que van a la Eurocopa. Eso le da cierta solemnidad a esta lista, que tiene un aire de casi definitiva, porque no deja un remango para 'posibles' como ocurriría si fuese, por ejemplo, de dieciocho. Número suficiente para dos partidos, dicho sea de paso, a no ser que exista la intención oculta (como se malicia Maroto) de liberar a algunos después del partido de Londres. Estamos en periodo de mucha tralla, sobro todo para los del Barça, que tienen que acelerar partidos de aquí al Clásico (Hospitalet y Rayo).

Y esta lista de 23 tiene algunas cosas llamativas. Siete defensas, cuando lo suyo sería que fuesen ocho. Por ahí andamos cortos, ya lo sabemos. Falta Thiago, lo que viene a indicarnos que su destino previsto es los JJOO, algo normal, porque los JJOO interesan y su zona del campo está excelentísimamente bien cubierta. Y falta Soldado, incluso ahora que no está Negredo, por lesión. Soldado llama a la puerta, con su disposición y sus goles, y Valencia clama por él. Del Bosque no sólo no le llama, sino que lo mezcla en sus reflexiones con Barral y Agirretxe que, con todo el respeto, están bastante lejos de él.

¿Le pasa algo a Del Bosque con Soldado? Me han llegado a preguntar eso. Le pasa que tiene muchos delanteros-centro y que La Roja puede jugar mejor incluso sin ninguno, como ya se vio en Alicante contra Escocia. Entre el reverencial respeto a Torres, la especificidad de Llorente (que también anda muy bien) y el potencial de Negredo, ahora ausente, se siente más que servido. Meter a Soldado en la rueda le parece que es meter uno más para nada. Pero la afición es sensible al trabajo de Soldado, sobre todo en Valencia, y es legítimo que muchos se pregunten por qué sigue Torres delante de él.