Y el público pedía a Luis Aragonés...

Y el público pedía a Luis Aragonés...

Ganaba el Atlético por dos a cero y el público del Manzanares pedía a Luis Aragonés. El fútbol cambia, ya no todo consiste en el resultado. Hace años que los públicos empezaron a pedir algo más: buen juego, ilusión, fantasía. Yo lo fijo en los nueve años seguidos en los que empalmaron sus ligas la Quinta del Buitre y el Dream Team. Nueve años de ejercicio del buen gusto, del fútbol artístico. En aquel tiempo cambió la exigencia, ya no bastaba con ganar, se pedía un plus. Y así ha sido desde entonces. El público de hoy es, en todos los campos, más refinado, más exigente, no va al campo a ganar y a insultar al árbitro.

Así que aunque ganaba el Atlético por dos a cero el público clamaba por Luis Aragonés. Porque es alma de esa casa que ahora se está quedando tan sin sustancia, sin que sus dueños sepan evitarlo, o quizá a causa de ellos. Y porque su última obra en fútbol fue la perfección, aquel equipo, La Roja, que ganó la Eurocopa con un fútbol de toque, de ingenio, de fantasía, de todo lo contrario de lo que la gente veía ahí abajo. Porque el Atlético ganaba con un fútbol plano, afeado aún más por la sonrojante nulidad de su rival, un Zaragoza vestido de Peñarol que merecería carta de protesta de ese glorioso club.

Porque esa es otra: el Zaragoza. Amontonó defensas, a cual peor. En los centros al área ni miraban el balón, sino a qué atacante agarrar. La negación del fútbol. Sin llegar a tanto, me recordó algo a la Real, que salió en su campo con cinco defensas, renunciando a Agirretxe y a Griezmann, entregando el campo y el balón a cambio de la gloria de perder sólo por 1-0. Esto tiene un sentido diferente, los públicos piden otra cosa y el del Atlético más que otros. No están tan lejos los años en que era tercero, cuando no segundo o primero. Y ha visto a su equipo jugar muy bien, ganando o perdiendo. Por eso salta.