Hubo Liga y hubo carruseles, como no podía ser menos. Y a éstas les salió un aliado sorpresa, Mourinho. Muy bien, esta vez me tiene de su lado. Ayer la conferencia de prensa la dio él y fue, como suele, explícito y todo lo que dijo tiene interés. Eso sí: queda claro que Kaká empieza una temporada más en el banquillo. Para su estreno en Zaragoza el Madrid contará con el equipo que se ha ido configurando como titular en la pretemporada, por mérito de sus integrantes. La única duda que podría caber, esos dos puestos que bailan entre Marcelo, Coentrao y Khedira, se despeja porque el alemán está lesionado.

El Madrid salta al campeonato con el acicate de las dos supercopas ganadas por el Barça en los últimos días. El gran móvil del Madrid es desplazar al Barça de ese trono, no nacional, sino mundial en el que se ha instalado. Para eso ha trabajado este verano, reforzando los dos puestos que tenía sin desdoblar: el de Marcelo y el de Xabi Alonso. Para lo uno está Coentrao, para lo otro Sahin, pero lo de éste se ha torcido. Se le fichó mientras se curaba de la rodilla derecha y en la pretemporada se le ha estropeado tres veces la izquierda. El secretismo del club en torno al caso ampara ya cualquier conjetura.

Eso, la eterna carrera Madrid-Barça, que empieza hoy en Zaragoza, donde Aguirre afila las uñas, será el gran acicate de la Liga, pero habrá otros. Fútbol matinal, por ejemplo. Lo estrena el Atlético, que lo deseaba, porque en Segunda le fue bien ese horario. Tengo curiosidad por contemplar la asistencia esta mañana. Será buena porque Falcao (aunque hoy no esté) ha reactivado la ilusión de la gente rojiblanca, alicaída tras las salidas del Kun y De Gea. La capacidad del fútbol para reactivar la ilusión es eterna. Por ejemplo, vean el Valencia: vende grandes jugadores, pero ahí sigue. Su victoria de anoche fue apoteósica.