Subieron al escenario Cristiano, Xavi y Messi y me impresionó. ¡Qué cartel! Jugadores grandiosos y distintos entre sí. Tres formas de interpretar el fútbol, dos de ellas ligadas al gol, la otra ligada a la elaboración. Una imagen más para explicar esta edad de oro que vivimos en nuestro fútbol, con estos dos clubes que acaparan todo. Cuando subió Puyol, con su despreocupado atuendo veraniego (¿nadie le avisó cómo era la cosa?) y depositó la orejona en el escenario, creo que todos pensamos que si alguien puede arrebatársela al Barça ese es el Madrid. Que el resto del cuadro es el paisaje en el que juegan.

Eso le quita cierto dramatismo al sorteo, visto desde la óptica de los dos grandes. Nada les asusta ya, ni siquiera el Milán. Así que los impactos llegaron con nuestros otros dos representantes, con ese Valencia que se reencuentra con Mata (los duendecillos del fútbol son traviesos) y con ese Villarreal al que le fue cayendo sistemáticamente el menos apetecible de cada bombo, incluyendo el City de Agüero. Pero el Villarreal ya tiene recorrido en esta competición y juego y jugadores para no sentirse menos que ninguno de los tres rivales. Un grupo duro, un grupo igualado, pero nada más que eso.

Y acabó la huelga. En algo podemos alabar a los negociadores: se han empleado a fondo. Muchas horas discutiendo (hasta las cinco de la madrugada de ayer y reencuentro después a media mañana) para acercar posturas. Refleja buena voluntad y confirma que hablando se entiende la gente. Fue la noticia feliz del día. La triste fue que el Sevilla se queda fuera del la Europa League, en la que sí se mantienen el Atlético y el Athletic, al que le sacaron una muela sin dolor. El sorteo es hoy, poco antes de que el Barça se las vea con el Oporto. En fin, esto arranca. Se acabó el veraneo, aunque Puyol no se dé por enterado.