Chelsea, City, Anzhi, Málaga y lo de antes

Chelsea, City, Anzhi, Málaga y lo de antes

Mata se fue por fin al Chelsea. El Valencia, tercero de los dos últimos campeonatos, vendió el verano pasado a Villa y Silva, ahora se tiene que desprender de Mata. El Atlético se queda sin Agüero, que busca en el City un futuro que cree que el Atlético no puede darle. El Villarreal se queda sin Cazorla, que se va al Málaga. Chelsea, City y Málaga tienen algo en común: propietarios rumbosos. Lo mismo que el Anzhi, que está a punto de robarle Etoo al Inter, lo que provocaría a su vez la salida de Forlán hacia allá. El Anzhi, por cierto, se siente tan fuerte que se atreve incluso a tentar a Alves.

Chelsea, City, Málaga, Anzhi... Hay más casos. El dinero del fútbol ya no procede sólo del fútbol, sino en una parte considerable procede de magnates caprichosos que han puesto el ojo en un club que de repente se ve favorecido. Clubes sin tradición ni afición para tanto se montan por encima de otros que tienen socios, títulos e historia, pero no pueden estirar el brazo más que la manga. En España eso produce un efecto colateral: ahonda aún más el bache entre Madrid y Barça, cuyos recursos propios, tan grandes, les ponen a salvo de eso, y sus oponentes de otro tiempo, que sufren esa nueva competencia.

Es verdad que el Atlético al menos ha fichado a Falcao por Agüero. Y es verdad que el Málaga aspira a meterse en la rueda de los buenos. Pero Falcao, ¿jugaría en el Madrid o en el Barça? El Málaga ha comprado mucho y bien pero, ¿puede ser alternativa? ¿alguno de sus titulares jugaría en el Madrid o en el Barça? A partir de 2014 se perseguirá el doping financiero, se obligará a que cada club adecúe sus gastos a sus ingresos. Pero mientras eso llega, Madrid y Barça multiplicarán su ventaja competitiva sobre sus viejos rivales nacionales, agobiados, como están, por esos magnates que les quitan plano y jugadores.