Madrid, Barça y el torneo del verano

Madrid, Barça y el torneo del verano

El de esta tarde será el quinto clásico del año. El miércoles llegará el sexto y se cerrará el año con uno más, correspondiente a la Liga. Siete. Es una consecuencia más de su descomunal tamaño: nadie puede interponerse entre ellos, todos se apartan. Ya no es sólo que se disputen la Liga y manden al tercero treinta puntos más atrás. Es que tampoco en la Champions nadie puede apearles. Y ya tampoco escatiman, como antes, en la Copa, por la fiebre de no dejarle nada al otro. Y, claro, como consecuencia de ello, la Supercopa. Sólo en la frontera de los sesenta fueron casi tan fuertes como hoy. Y digo casi.

Dicen que las tribus indias medían su importancia por la de sus enemigos. Bueno, pues estos dos clubes pueden sentirse satisfechos, porque su rival respectivo es un gigante. Y como consecuencia de eso se esmera cada cual más y más. Al Barça no le ha bastado con vestir de largo este verano a otra joya de la cantera, Thiago: también ha gastado 83 millones (parte camuflada en incentivos) en Alexis y Cesc. ¡Eso tras ganar Liga y Champions! El Madrid, que le atosigó hasta el final, se ha quedado en 55 por ahora, y porque falló Neymar. Pero ha fichado a Altintop, Sahin, Varane, Coentrao y Callejón.

Hoy se levanta el telón. Pese a tanto gasto, el Barça se ha quedado flojo por detrás, donde Puyol no termina de curarse. Y no parece tan en forma como el Madrid, que ha mostrado más fortaleza en su pretemporada y tiene en Benzema una carta más. Pese a que el Barça viene más corto, Guardiola acepta la seriedad del compromiso: "No hay excusas, el que gane será el mejor". Mourinho hace una definición curiosa y precisa: "El título más importante del verano y el menos importante de la temporada oficial". Cierto, pero lo juegan el Madrid y el Barça. Este Madrid y este Barça. Y eso en sí ya es mucho.