Un tercer verano esperando a Cesc...

Cesc ha vuelto a entrenar con el Arsenal y se supone que mañana jugará un amistoso con ellos. Por decirlo así, está cediendo en esa especie de rebeldía encubierta con la que trataba de presionar a Wenger. ¿Se raja, se rinde? ¿O es más bien un acuerdo con Wenger del tipo pórtate decentemente y entonces hablamos? Me parece más lo segundo. Me parece todavía que el fichaje se hará, porque Guardiola lo quiere, Cesc lo quiere y Wenger no verá útil mantener al jugador descontento, negándole por tercer verano consecutivo la posibilidad de repatriarse. Eso sí: el Barça tendrá que pagarlo. Y pagarlo bien.

Porque Cesc es un jugador muy prestigiado en Inglaterra (y en todo el mundo donde se ve la Premier) y no lo darán por poco. Cesc está mejor valorado allí que entre nosotros, Guardiola aparte. En la Eurocopa y en el Mundial encontré muchos periodistas norteuropeos que se asombraban de que Cesc no jugara más con España. "¿Por qué no juega más?" me preguntaban. "Porque hay otros mejores", les contestaba. Y les parecía extravagante la respuesta. Y sin embargo, España ganó los dos campeonatos con una discreta aportación suya, y con Xavi e Iniesta en figuras. Pero allí lo valoran mucho y lo cotizan alto.

Además, el Barça ha pagado bien por Alexis. El Madrid ha dado 30 por Coentrao. Es difícil que la tarifa de Cesc baje de 40. Y mientras dura el forcejeo, Thiago enamora y la ilusión del aficionado por Cesc empieza a agotarse. Tres veranos pendientes de un fichaje son demasiado tiempo, sobre todo si se trata de un equipo que sin él ya juega de una manera inmejorable. Cesc le vendrá bien al Barça, completará la colección y dará algunas soluciones nuevas. Pero cuando venga, y yo creo que vendrá, lo hará con un hándicap: tanta expectación hará que se exija de él algo más que un papel de complemento.