Ante una novela de Agatha Christie

Hace prácticamente un mes que teníamos bastante claro para quién iban a ser los puestos calientes de la tabla. El primero, el segundo, el tercero y el cuarto por su orden. Los tres siguientes, sin fijar el orden (el séptimo tiene su relativa importancia, aunque no dramática) porque el Espanyol se desinflaba. Los dos últimos. Pero el tercero por la cola, un puesto que da calambre, se ha resistido. Hace una semana quedaban diez amenazados, en esta última jornada quedan seis. Los seis dependen de sí mismos, ganando se salvan. Pero no todos podrán hacerlo, porque dos juegan entre sí: Real Sociedad y Getafe.

Así que nos espera una jornada tremenda, de esas con alternativas de pánico a cada gol. Estas jornadas me recuerdan las novelas de Agatha Christie, muchas convertidas en películas, en las que vas pasando sucesivamente de un sospechoso a otro. Los seis, o varios de ellos, se verán en descenso en algún momento. Cinco se salvarán, uno caerá. Sus ingresos de televisión se derrumbarán, tendrá que bajar los abonos, aún así perderá abonados, los patrocinadores le harán quitas, pero tendrá que hacer frente a los mismos compromisos salariales que en Primera. Un panorama realmente lúgubre.

Así que no hay que extrañarse que todos o varios incurran en la tentación de la prima a terceros en discordia. ¿Desde cuándo data esto? Es casi tan viejo como el fútbol de Liga, que provoca casos de estos en los que un Valencia, un Levante o un Villarreal salgan sin nada que ganar o perder ante alguien que se juega la temporada. Está tan prohibido como tolerado, quizá porque es inevitable y casi indemostrable. ¿Cómo no sentir lástima por el que uno tiene enfrente en el día decisivo? Pues estimulándose con una mejora en la cuenta bancaria. Y para esto siempre hay dinero. Feo, pero...