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Cosas que no son incompatibles...

Actualizado a

No es incompatible valorar el juego del Barça con señalar la influencia de los arbitrajes en la eliminatoria; no es incompatible denostar la forma en que se plantó el Madrid en su campo en los dos partidos con reclamar equidad en los jueces; no es incompatible criticar aquel corte de mangas de Pepe con criticar igualmente aquel balonazo de Messi al público; no es incompatible condenar los pisotones de Arbeloa y Marcelo con despreciar los fingimientos reiterados de Alves, Busquets, Pedrito y Mascherano; no es incompatible admirar el juego del Barça con interesarse por el modo de enfrentarlo.

No es incompatible decir que Mourinho es un permanente alborotador con reprochar a Guardiola que tras perder la final de Copa sacara los pies del tiesto; no es incompatible admirar el trabajo de Guardiola con señalar que expresó su preocupación por un árbitro portugués y que el tal se esfumó de su vista; no es incompatible detestar modos y maneras de Mourinho con constatar que de los cinco árbitros de que abominó le pusieron uno para el Camp Nou; no es incompatible señalar al Barça como mejor con consignar que de cuatro partidos sólo ganó el que jugó diez contra once media hora larga.

No, no ha sido una historia de buenos y malos, ni hay una sola manera de jugar al fútbol. Aunque a mí, todo hay que decirlo, me gusta más Guardiola que Mourinho en muchos aspectos. Él se lleva el premio gordo, la Liga y la final de Champions, villarato mediante. Mou se lleva la Copa y la certeza de que su equipo ha recorrido un trecho de la distancia que le sacaba el otro. El precio en imagen de ese logro es caro, pero si el Madrid lo quiere pagar, allá él. Y por lo que veo, lo quiere pagar. Y dentro de cien días, más. Será en la Supercopa, a mediados de agosto. La afición estará en las playas. No será tan fuerte.