Y al final, todos amigos, por favor

Y al final, todos amigos, por favor

Hace pocos días alguien del baloncesto me comentaba su preocupación por esta racha de partidos. "En baloncesto estamos acostumbrados; aquí se pueden ir acumulando agravios y...". Algo así empiezo a detectar. No me gusta que hayan trascendido las cosas del túnel entre Piqué y Pepe. Las cosas entre futbolistas suelen quedar entre ellos, y si se saben es porque ellos mismos las hacen saber, rompiendo códigos, lo que denota que están más picados de lo habitual. Y hasta ahora ha sido sólo un partido, justo aquel en el que apenas había en juego otra cosa que la honrilla.

Hoy está la Copa en juego, pero sobre todo está en cuestión si el Madrid es o no capaz de poner fin a la sensación ominosa de dominio del Barça. Un partido tremendo, con un corte clásico: fino estilista contra duro fajador. La exquisita esgrima del Barça contra el poderío del Madrid, que por comparación física gana. Más estatura, más velocidad, más genio. Al frente, un Mourinho que fabrica un enemigo exterior, la prensa (lo mismo hacía Clemente) para unir más a los suyos. No hacía falta: están unidos en la idea común de desbancar por fin al Barça. Y la prensa no juega. Sólo cuenta las cosas.

Por lo demás, a Mourinho se le debe decir que esa decepción de la prensa (que comparte el mismísimo Alfredo Di Stéfano) no condiciona su soberanía para hacer lo que quiera. Y que el problema no es defender con muchos, sino atacar con pocos. En todo caso, hoy no sé si será tanto. También el Barça hará más maciza su media, con Keita junto a Busquets y Xavi, mandando a Iniesta a una banda. Algo de estatura necesita el Barça para esos corners contra Adebayor (supongo), Cristiano, Pepe, Sergio, Khedira... Lo que sí es seguro es que hoy no habrá empate. Sólo ganará uno. Y al final, todos amigos, por favor.