Contador cuida de las gallinas

Este miércoles acudí al Comité Olímpico Español (COE), al acto de firma de un convenio entre la Oficina de Atención al Deportista, perteneciente a este organismo, y la Asociación de Deportistas (AD), que preside Emilio Sánchez Vicario y que aglutina a más de 7.000 españoles. El objetivo es la formación de nuestros deportistas para su inserción al mundo laboral cuando se hayan retirado. Un noble objetivo. Imprescindible. Por allí me encontré a gente del ciclismo como Óscar Pereiro, Joan Llaneras, Eleuterio Anguita, José Rodríguez y… Fran Contador.

En realidad, Alberto Contador había confirmado su presencia a Alejandro Blanco, pero en la noche anterior se enteró de que la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) se había unido a la UCI en el recurso al TAS contra su absolución. Contador no quiso restar protagonismo al acto con su presencia, prefirió evitar el maremágnum de medios de comunicación a su alrededor, y envió en su lugar a su hermano Fran. “¿Qué tal está Alberto?”, le preguntamos. Y nos contó que se había quedado en Pinto, en una parcela que tienen sus padres. Acaban de comprar unas gallinas y estaba cuidando de ellas.



Contador intenta hacer una vida normal mientras su caso se alarga eternamente. El TAS se ha marcado un calendario para dictaminar el laudo a finales de junio, antes del comienzo del Tour de Francia. Esta carrera quiere tener resuelto el caso antes de que el pelotón eche a rodar, porque pretende evitar interferencias durante la competición. La familia Contador, sin embargo, no piensa lo mismo. “Nosotros queremos un juicio correcto. No vamos a hacer nada por alargar el proceso, pero tampoco por acortarlo. Vamos a usar el tiempo que necesitemos para tener esas garantías y, en ese sentido, el Tour de Francia no es una prioridad para Alberto. Si se tiene que decidir después, será después”, nos dijo Fran. Y así se lo contamos a los lectores en el AS de este jueves.

Es lógico. Cuando te estás jugando tu presente y tu futuro como ciclista, el Tour pasa a un plano secundario. No hay que responsabilizar a Contador por ello. Está en su derecho a defenderse. La dilatación de los plazos no ha sido por su culpa. En su momento, la UCI y la AMA ya retrasaron el traslado del expediente a la Federación Española, porque lo estaban estudiando como “un caso excepcional”. Después, la RFEC estuvo un tiempo esperando unos informes científicos que requirió a ambas instancias y que finalmente nunca llegaron. Y una vez que fue tomada la resolución, la UCI se ha esperado también hasta el último día de su plazo para comunicar su intención de apelar. Es comprensible la aspiración de Christian Prudhomme de conocer cuanto antes “la solución final”. Pero no es justo que ahora le vengan con prisas a Contador.




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