En la entrega de insignias a los socios de veinticinco, cincuenta y sesenta años de antigüedad (plata, oro y oro y brillantes) Florentino echó un capote a Mourinho. También es señorío defender al Madrid de lo injusto, irregular o arbitrario, vino a decir, con lo que emparentaba el discurso doliente y contumaz de Mourinho con lo que comúnmente se conoce como los valores de la casa. Mourinho agradeció el gesto diciendo al final del partido que hay el discurso del rey (la película tan oscarizada, supongo) y ahora el discurso de Florentino, "muy importante para el futuro", deslizó crípticamente.

Me parece que a estos dos hombres los está acercando Benzema, que fue piedra de la discordia. Tengo para mí que Florentino no quería un nueve en enero porque temía que eso cerrara la puerta que al francés le abría la lesión de Higuaín. Mourinho se puso feroz con eso, se instaló en la predimisión y del asunto salió malparado Valdano. Al fin vino Adebayor, por muy poco dinero, lo que cargó de razón a Mourinho. Y empezó por delante de Benzema. Pero la reacción de éste ha sido magnífica. Y ahora los dos tienen lo que quieren: Mourinho tiene dos nueves, Florentino ve por fin triunfar a Benzema.

Porque Benzema está realmente bien. Delgado, participativo, entusiasta. Ya no cae cada poco en fuera de juego, luce su clase y hasta sonríe cuando marca goles, y marca muchos. El autista del área es ahora un atacante grande. Aquella arriesgada inversión de 35 millones por un jugador a medio hacer que llegaba a un puesto bien cubierto en la plantilla empieza a dar frutos. Un gran Benzema es realmente bueno, y eso es lo que estamos empezando a ver. Mérito de Mourinho, desde luego. Pero eso de cuadrar sus permanentes quejas con las tradiciones del club me parece una desmesura.