Raúl llega a España el día de Contador
Raúl como enemigo, aunque enemigo cordial. Va a costar verle haciendo por eliminar al Valencia de la Champions. Hago votos porque no lo consiga, pero también porque marque al menos un gol en esta eliminatoria, que supongo que será su despedida de la Champions, aunque con él nunca se sabe. Ese gol, caso de producirse, sería el número 70 suyo con competiciones europeas de clubes. Desharía así su empate a 69 con Torpedo Müller. Para eso fue al Schalke, elección que sonó extraña. Lo escogió porque ahí podía seguir en Champions persiguiendo ese objetivo. Fue con 67 goles, ya lleva 69...
Aterrizó en Valencia entre aclamaciones. Aterrizó casi al tiempo que se conocía la decisión de la Federación de Ciclismo de desoír a la instructora del caso Contador y atender los requerimientos de Zapatero y Rajoy, que en algo han estado por fin de acuerdo. La verdad, la decisión me deja una sensación equívoca. Me alegro por él, porque no he sido capaz de dar por segura su culpabilidad, pero me temo que esto no va a terminar aquí. Que la UCI y la AMA recurrirán ante el TAS, y que cualquier día nos lo bajan de la bici otra vez y quién sabe si para un año o para dos. O quizá no.
Es este un asunto diabólico. Primero, el clembuterol. Muy poco, pero algo ya se especifica como doping. ¿Y si lo comió en el filete? Muy azaroso, pero posible. ¿Y cómo nuestros políticos se preocupan de que no se le sancione y no de investigar en serio si en este país se vende carne contaminada? Y luego, ¿cómo es posible que la UCI disponga que un caso de doping en una carrera internacional lo falle la federación del país del sospechoso? Es absurdo, eso no puede funcionar bien. Todo conspira para que nos sigan viendo como el paraíso del doping. En fin, que pase el Valencia y que marque Raúl...