La Liga quiere invadir el mes de agosto

La Liga quiere invadir el mes de agosto

La próxima Liga empezará en agosto, o al menos está en estudio. Se trata de alargar el calendario por delante, ya que por detrás se ha establecido una especie de barrera, consensuada por casi todo el mundo, que es la final de Champions, instalada a finales de mayo. Parece razonable ir hacia eso, ya que en los años pares hay fases finales de Eurocopa o Mundial, que obligan a terminar pronto. Entonces, alguien pensó: ¿no será mejor acabar siempre igual? De ahí ese movimiento, que en el caso de España nos aprieta mucho. El calendario ha llegado a comprimirse tanto que produce broncas como la del 2 y 3 de enero.

Así que se trataría de empezar antes, en agosto, como hacen otros. Ese respeto casi supersticioso que tenemos en España por agosto no lo hay en nuestro entorno, y otras ligas empiezan a mediados de mes. Así que empezamos tarde, y además paramos en las fiestas de Navidad, y la Copa de se juega a ida y vuelta y encima de todo somos veinte, en lugar de dieciocho, como recomienda la UEFA. Con todo junto, tenemos un calendario que no respira por ningún lado y acabamos metiendo la final de Copa, como este año, un Miércoles Santo, entre dos jornadas de Liga. (Justo a los cuatro días del Madrid-Barça, por cierto).

Lo de agosto chocará, pero me parece razonable. Eso sí: habrá que cambiar hábitos, complicará la renovación de abonos, molestará a quienes entiendan que, por estar aún de vacaciones fuera, sientan que se pierden el primero o los dos primeros partidos de su equipo en casa. Pero algo hay que hacer: o eso, o acortar la Liga a dieciocho (cuatro jornadas menos) o pactar con los jugadores una solución 'a la inglesa' para las fechas de Navidad, que allí se aprovechan para jugar mucho. Todo se puede estudiar, pero desde el convencimiento de que como estamos, no estamos bien, porque cualquier aplazamiento es un drama.