Es fácil ser injusto con los españoles

Para que la gente lo entienda, pelear por un título en el extranjero es como cuando un equipo de fútbol juega fuera de casa. El rival está más motivado, el ambiente está en contra y los jueces, si se da el caso, barren para dentro. Todo eso se une a que, si eres el aspirante, debes hacer algo más de lo normal para ganar el cinturón. Además, el tema económico está muy presente, quién organiza, quién es tu promotor... en definitiva, cuánta fuerza tienes detrás. Por eso es fácil ser injusto con los españoles. No tenemos peso internacional ya que no organizamos combates importantes, no tenemos apoyo mediático que deberíamos y así no debemos extrañarnos de los últimos resultados que han perjudicado a nuestros púgiles.

Yo ya lo sufrí en su momento cuando tenía que ir a pelear los títulos fuera. Los últimos fueron en Alemania. El primer combate que hice ante Mariano Carrera y uno de los que me enfrentó a Felix Sturm me los robaron. Por eso todos, desde las promotoras hasta los medios, deben empujar a este deporte de tanta tradición en España. Porque luego, el que de verdad sufre es el deportista, ese púgil que se pega meses sacrificándose para ganar un título que luego, tras todo el esfuerzo realizado, se lo acaban robando injustamente.