2010: el año que nunca olvidaremos

2010: el año que nunca olvidaremos

Se va dos mil diez, ustedes lo despidan bien. Aunque algo de nostalgia nos quedará, porque nunca habíamos tenido un año como este en nuestro deporte, con el Mundial de Fútbol como triunfo más sensacional. La más antigua ambición de nuestro deporte, quizá considerada imposible después de tantos fracasos más o menos chuscos, tantas caídas en cuartos de final, tantas tandas de penaltis que nos dieron la espalda. Por fin, una generación excelente y encantadora, cuya raíz hay que buscarla en aquel Mundial Sub-17 de Nigeria, donde ya estaban Casillas y Xavi, lo ha conseguido.

Pero no ha sido sólo eso. Ha sido también el triplete en motos, el nuevo anillo de Gasol (ya entre los más votados para el All Star), el Dakar, por fin, para Carlos Sainz... Muchos, muchos triunfos más. Cómo habrá sido que hasta el Atlético se apuntó a la racha, con sus dos títulos continentales. Y ha sido también el año del estallido de nuestro deporte femenino, un poco agazapado desde que se retiró Arantxa. Porque Pasabán coronó sus catorce ochomiles, las chicas de rugby ganaron dos europeos, las de baloncesto consiguieron el bronce mundial y Mireia Belmonte remató el año con oro (3) y plata.

Y Nadal, claro, Nadal. Campeón de campeones para L'Equipe, así que no hay más que hablar. En Nueva York completó su 'Career Slam' y consolidó su ventaja sobre Federer como número uno del tenis, uno de los pocos deportes realmente universales que existen. Frente a todo eso, los berrinches por los casos Contador y Marta Domínguez, sobre los que todavía no hay un criterio final que se haya impuesto, quedan en tropiezos serios, pero asumibles. No hay mancha que tape este año tan extraordinario, cuyo rostro es ese Nadal que les sonríe desde nuestra portada. Y en 2011, duro y a por la crisis. Feliz noche.