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Una grandísima injusticia


¿Qué pintan Rams o Seahawks en postemporada? ¿Merece un equipo con récord 8-8 ocupar una plaza en la repesca? ¿No ha hecho más méritos un conjunto con más victorias? ¿Tan importante es ser campeón de división?

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No es demasiado frecuente que el título de división abra las puertas de la postemporada a equipos con un récord peor que alguno de los eliminados. Tal vez el caso más clamoroso fuera el que se produjo en 2008, cuando los Patriots (11-5) quedaron fuera de la carrera por el anillo mientras que los Chargers (8-8) se clasificaron tras ganar su división. El papel de San Diego en postemporada no fue malo. Se impusieron a los Colts 23-17 en la prórroga y luego cayeron derrotados en Pittsburgh.

Pero que no se repita la injusticia año tras año, no significa que no se deban tomar medidas. Los propietarios ya han decidido cambiar el sistema de clasificación de cara a 2011, pero sólo se modificarán los criterios para la ventaja de campo. Los dos mejores récords descansarán una semana (como sucede ahora); los dos siguientes jugarán como locales la wild card aunque no hayan ganado su división; los dos peores récords serán visitantes en la repesca. En mi opinión es una solución a medias que no resuelve al auténtico problema: en postemporada deberían estar los seis mejores equipos de cada conferencia.

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Pienso que se está enfocando el problema desde el punto de vista estadístico. Lo que está sucediendo esta temporada se valora como un accidente, como ya sucedió en 2008. El reglamento es así, todo el mundo lo conoce y nadie debe protestar. En Boston no son muy dados a quejarse por casi nada, y lo cierto es que hace dos temporadas ni siquiera rechistaron a pesar de la injusticia de la ley. Incluso se culparon de la no clasificación cuando Belichick afirmó que deberían haber ganado un partido más y punto.

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Tal vez desde España no seamos capaces de valorar la importancia que tiene ganar el título divisional. A mí, la verdad, me importa un bledo quién ha sido el mejor de los cuatro equipos. Es cierto que las grandes rivalidades son casi siempre divisionales, que los calendarios son muy similares y que los equipos preparan, sobre todo, los seis partidos que disputarán dentro de su misma división. Se supone que la clave de la clasificación está en esos choques. Curiosamente, este año también se puede romper esa estadística. Si los Raiders vencen el domingo a los Chiefs, serán el primer equipo de la historia no clasificado para postemporada después de ganar los dos partidos a sus tres rivales divisionales. Y lo que es peor, aun ganando lo más seguro es que terminen terceros.

El otro gran problema de la NFC Oeste es que ninguno de sus equipos es realmente competitivo. El repescado con mejor récord debería tener un chollo impagable. Siempre he creído que la semana de descanso no beneficia demasiado en enero. Se pierde ritmo de competición y tensión, no hay dos semanas para preparar el partido porque se desconoce el rival, y es demasiado tiempo, con lo que jugadores y entrenadores se descentran (acordaos del famoso viajecito a México de Tony Romo con Jessica Simpson). Los medios de comunicación están ávidos de noticias y muchas veces sacan por esas fechas temas polémicos que desestabilizan el vestuario, a falta de nada mejor que contar. Quizá sea mejor viajar a Seattle o a St. Louis a un partido teóricamente fácil en el que ganar moral, autoestima y ritmo.


Esta postemporada se presenta como la más igualada en muchos años. Ningún equipo parece realmente dominante. Patriots y Falcons, teóricos gallitos, tienen agujeros evidentes en su juego. Las casas de apuestas están siendo muy precavidas y no pagan demasiado bien ninguna opción. Sólo el ganador de la NFC Oeste dará la nota discordante. Nadie cree que pueda competir con los mejores. Muy probablemente, hubiera sido último clasificado en cualquiera de las otras divisiones de su conferencia.

Por eso llevo varios meses esperando con curiosidad la fórmula para establecer los enfrentamientos en la más que posible futura NFL con dieciocho partidos. Por muchas vueltas que le doy no se me ocurre cual será el sistema por el que se decidirá el rival en los dos nuevos enfrentamientos. Dos partidos no son suficientes para cubrir otra división al completo. Sólo se me ocurre un segundo partido con las dos divisiones con las que hay un único enfrentamiento (el del equipo que terminó en la misma posición el año anterior). Haga lo que haga, la consecuencia final es que siempre pierden importancia los duelos divisionales. ¿Se os ocurre a vosotros una fórmula justa y que además ayude a evitar lo que va a suceder este año en la NFC Oeste?