El Barcelona ha llegado al primer parón de la Liga como líder e invicto del campeonato, con sólo unos pocos goles de renta sobre el Ciudad Real, que también se mantiene invicto en la temporada. Pero por lo visto en estas siete primeras jornadas ligueras, los dos grandes del balonmano español tienen problemas que corregir a corto plazo, si quieren seguir siendo punteros en Europa con lo fueron la pasada campaña, y como les exige el aficionado medio al balonmano.
El vigente campeón, el Ciudad Real, sigue en sus trece: ganar, ganar y volver a ganar, en esa racha de 63 victorias consecutivas a lo largo de tres temporadas. Pero da la sensación de que no acaba de conseguir ese juego arrollador, que depende demasiado de su pivote, Julen Aguinagalde, un Hércules en los seis metros aunque el nuevo reglamento penaliza demasiado con esas faltas de ataque al albur de los árbitros.
Cierto es que los zurdos del Ciudad Real, Lazarov y Guardiola, nuevos en el equipo, están teniendo una adaptación eficiente y rápida, y que lo que no le está resultado al equipo aún son algunos jugadores fuera de toda duda, en especial el francés Abalo, que el día menos pensado se despacha con una cascada de goles…Pero vamos, que este Ciudad Real del momento no parece el equipo aguerrido en defensa de otros años, quizá porque algunos de sus puntales (Dinart sobre todo) aún no haya llegado a su nivel.
Y el Barcelona, peor. Frente el Granollers pasó de la exhibición de la primera parte a la vulgaridad de la segunda, un mal que ya le dejó la campaña anterior sin el título de la Champions ante Kiel alemán. Aquella pésima segunda mitad parece que se ha instalado en el magín azulgrana, y reaparece esta campaña, sobre todo en Europa, donde ya ha cedido cinco puntos…Malo para el Barcelona, falto de regularidad. La derrota en Francia ante el Chambery es como que salten las alarmas en un club que no puede dejar pasar otro año sin un título mayor.
También duele que Iker Romero haya cedido su protagonismo, hasta el punto de que ni de central (Sarmiento y Raúl Entrerríos son los fijos), ni de lateral porque Rutenka, al no jugar en defensa, necesita tiempo en la pista. Que Iker acabe un partido sin mirar la portería rival, pues no es propio de un cañonero como él.
Por otra parte, la crisis económica lo ha dejado claro: en el primer cuarto del campeonato sólo el Barcelona y el Ciudad Real han hecho pleno. El Ademar, que aspiraba a ser del pelotón de cabeza, se ha caído con toda esperanza en la cancha navarra del San Antonio. Es una derrota tan dolorosa como esclarecedora: la Liga es cosa de dos, y luego viene otro grupo de la zona media alta que competirá por una plaza en la Champions: el Ademar, el Valladolid, el Granollers de Manolo Cadenas, y el CAI Aragón, que de salida se ha despistado un poco. Y habría que pensar en el Naturhouse, pero el conjunto riojano no está claro si dará algún día el golpe encima de la mesa.
Con todo, con dar la sensación los mejores que tienen un problemas, no parece probable que los lideres pierdan otros encuentros que no sean entre ellos. Hay tanta diferencia en las plantillas que esta Liga se parece a la de fútbol: del pulso Barcelona-Real Madrid, al Barcelona-Ciudad Real. Siempre surge una animador, pero al final acaba a doce puntos del segundo. Vale… ¿Y en Europa, en la Champions? Pues sí, ahí está el problema.