Un viejo amigo, al que hace años que no veo, Antonio Jareño, que aterrizó en el deporte desde un departamento de promoción de El Corte Inglés, y que como procedía de una firma importante siempre tenía ideas grandiosas, como la de traer (y trajo en 1987) a Uliana Semenova a jugar al baloncesto en España en los ochenta, cuando era imposible exportar a las estrellas soviéticas al imperialismo capitalista de los contratos profesionales, digo que ese amigo es manchego y orgulloso de sus raíces, metido en juerga y con una copita siempre cantaba lo que parecía una jota:
 
“En la Mancha manchega hay mucho trigó,
mucho pan mucho aceite,
mucho tocinó”.

Pues bien, a lo mejor hoy ha metido una morcilla con el balonmano en su jotilla, que la tierra tiene tres equipos en la Asobal, y los tres han ganando en la primera jornada de esta temporada. Creo que es algo histórico y que habrá celebrado hasta José María Barreda, el presidente de la Comunidad castellano manchega, que siempre que puede recuerda sus tiempos de jugador de balonmano, y por si su físico alimenta alguna duda al respecto, también señala que él fue el primer entrenador que tuvo Cecilio Alonso, al que más que entrenarle le convenció, y ese fue el éxito de Barreda, de que se dedicase al balonmano porque en el baloncesto ya había suficientes altos, y él podría ser una estrella en esto. Ya lo creo que lo fue.

Reconozco que me ha impresiona el triple. Que venza el Ciudad Real, pues es no es noticia, porque salvo catástrofe y pese a las dudas de su plantilla en relación a otros años, es complicado verle perder dos partidos seguidos (y venía de perder la Supercopa). Pero que el Cuenca gane en Granollers tiene mérito, sobre todo porque lo hizo a domicilio y por la solvencia con la que lo hizo…Y más aún impresiona el debut triunfal del Grupo Lábaro Toledo: con las cámaras de televisión y frente a un grande, en su primer partido en la Asopbal puso de pie al Pabellón Javier Lozano y dejó más que tocado al Reyno de Navarra.

Siempre ocurre que en las primeras jornadas los grandes son más vulnerables, pero el traspié antoniano en Toledo puede ser un síntoma de una importante gripe A deportiva. Ya daba la sensación de que con tanto cambio en su plantilla le iba a costar meterse en el pelotón de los indiscutibles, y ahora, tras verlo, no se explica muy bien por qué Svensson no está en Pamplona. Un gran equipo es inviable sin una portería de calidad. Veremos en qué queda la Navarra.

Pero tampoco le ha ido mucho mejor al Adema León. Venía a Madrid henchido por su clasificación para la Champions, y se le tenía miedo porque más de uno pensaba que ahora está más rodado que el resto. Y no. Perdió el partido ante el Alcobendas, luego lo remontó en quince minutos, y cuando lo tenía ganando se le escapó un punto en medio minuto. Ya lo decía Ribera, que no sabía “si había ganando o perdido un punto”. Los que pelean por la Liga no pueden ir haciendo regalos, que luego no se devuelven, aunque el asunto quedó bien para el Alcobendas, que anda en días de luna de miel en los medios de comunicación por aquello de haber fichado a un japonés mediático, que es un imán para sus compatriotas de Madrid, quienes se aplican el himno del Liverpool en eso de que nunca caminarás solito.

La Liga acaba de empezar, es muy larga y todos esos tópicos, pero ya el Barcelona y el Ciudad Real son lo que mandan en la clasificación, aunque sólo sea por diferencia de goles. Y entre otras anécdotas también ha debutado el hijo de Talant en el Ciudad Real, de extremo, como lo hizo el hijo de Valero Rivera cuando entrenaba al Barcelona. Cosas de padres e hijos, también en la Liga.