Todo depende de nosotros

Y ahí está precisamente el peligro, que dependemos de nuestra sempiterna facilidad para pifiarla en el momento más inesperado. Por delante dos partidos insustanciales para nuestros rivales, en los que no deberíamos tener problema para sacarlos. Todo parece fácil, pero siendo el Atlético, lo sencillo puede tornarse complicado en cualquier momento.

El equipo parece concienciado de lo que nos jugamos y en los últimos dos encuentros ha dado una imagen seria, pero quién nos asegura que no volverá a planear el atolondramiento que vimos ante el Racing. He visto muchas veces al equipo naufragar cuando los vientos soplaban a favor. Confío, sin embargo, que demos nuestra mejor cara. Y, si no es así, que ganemos al Athletic y al Almería, con entrega y profesionalidad. Tenemos la Champions a tiro en el momento más propicio. Que no nos hagan, una vez más, tener que lamentarnos.