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Yo Digo Alfredo Relaño

Marcelo: quiniela, golazo y esa sonrisa...

Marcelo hizo valer ayer su quiniela, en la que había puesto sendos doses. Al Barça no le costó lograrlo: se adelantó pronto, hizo sufrir al meta Stojkovic (que dio una gran medida) y regresó con los tres puntos, más un tiro al palo y dos penaltis que descontar en su debe, porque esta vez se los guindaron. Vino y regresó en el día. 'Vini, vidi, vici', podría haber comentado Guardiola al desembarcar en El Prat. Nunca tuvieron en peligro la victoria y en el segundo tiempo se dejaron ir un poco, con vistas al miércoles, cuando reciban al Sevilla. Para ese día Marcelo ha puesto una equis, que reduciría otra vez la ventaja a cuatro puntos.

Luego jugó el Madrid. Me preguntan estos días mucho si es mejor jugar antes o después a efectos de la persecución. Yo creo que según y cómo. Si el que juega antes no gana, el que juega después sale como una moto. Si el que juega antes gana, el que juega después sale con cierta ansiedad, porque se ve muy obligado. Fue el caso de ayer del Madrid, pero tampoco sufrió demasiado. Hubo, eso sí, el consabido milagro de Casillas, una parada abajo, a la derecha, en la que caza el balón 'in extremis' con el canto de la mano. Una de esas paradas que le hacen diferente a cualquier otro. De las que le dan puntos al Madrid.

Del resto se hizo cargo Marcelo, uno de los grandes beneficiados (ha habido varios) de la llegada de Juande. Marcelo empezó por encontrar apaño por delante de Heinze, para darle simetría al equipo, y gracias al derrumbe de Drenthe. Ayer jugó de lateral y estuvo enorme, atrás, en medio y arriba, donde marcó el gol, precioso, con carrera al vacío en pos de un gran pase de Gago y finalización muy seria. Su gol vale el dos que puso en la quiniela, vale la séptima victoria consecutiva fuera (récord igualado en la historia liguera del Madrid) y vale para mantener viva la Liga. Su eterna sonrisa era al final más plena que nunca.