Calderón quiere salvar a Schuster...

Se juntaron a comer y Schuster le dijo a Calderón que puede con esto. Y es posible que lo creyera, muy posible. Hasta es posible que pueda, poco posible. El caso es que Calderón escuchó lo que quería escuchar y se decidió a luchar por un Schuster duradero. Se agarra a recuerdos de su primer año, cuando nadie, y yo menos que nadie, aguantábamos a Capello. Y Capello ganó aquella Liga. Es un referente al que agarrarse, desde luego. Pero en aquel entonces Capello daba, pese a tanto viento en contra, la imagen de amar su trabajo. Schuster da la imagen de detestar su trabajo y todo lo que le rodea.

Calderón quiere salvar a Schuster, pero sólo éste puede salvarse a sí mismo. Lo leí, creo recordar, en el Nuevo Testamento, en mis años escolares: "Nadie te salvará sino tú mismo". Schuster puede hacer su trabajo si quiere hacerlo. Su trabajo es, sobre todo, transmitir entusiasmo, fe, ilusión, mensajes positivos. Luego está la táctica y todo eso, que tampoco es física cuántica, dicho sea de paso. Pero lo suyo es sobre todo crear ánimo ganador en un grupo joven que necesita orientación y aportes de optimismo en los malos momentos. Y eso ahora no lo da Schuster. Schuster ahora es pura mufa.

Y no lo entiendo. ¿Qué más puede pedir a la vida? Pero nació enfurruñado, riñó con Alemania aún muy joven y dejó de jugar en una selección que le podría haber dado mundiales y eurocopas. Riñó con el Barça, riñó con el Madrid, riñó con el Atlético. Sólo eso explica que con tantísimo talento ganara tan poquitos títulos. Ahora como entrenador sigue amargado, entregado a una pose de resentido social que es la que nadie buscaría en aquel a quien se quiere hacer líder de un grupo humano. Calderón quiere salvarle, pero no sé si Schuster le va a ayudar. Para mí que van a seguir a tropezones.