Riazor es un Everest para el Madrid

Eran diecisiete años, ya son dieciocho. Riazor se ha convertido en un Everest para el Madrid, que ayer cayó en una noche en la que se vació, pero no llegó a estar nunca por encima del Depor. Buen Depor, impecable en defensa, entusiasta en ataque y ganador en la frontal del área chica del Madrid, donde resolvió el partido. En esa zona, que descuidó Casillas y no protegieron como deben sus centrales, obtuvo la victoria el Depor. En esa zona y en su despliegue táctico y su entrega por el resto del terreno. El Madrid no aprovechó la derrota del Barça. Y dejó muy claras sus necesidades.

Sus necesidades están en la parte de arriba. Aunque ayer perdiera en el borde de su área chica, la verdad es que por voluntad y esfuerzo acarreó muchos balones hacia Aranzubía, pero no le supo poner en grandes aprietos. Todo se le fue en sobreexplotar a Robben, quizá en un intento colectivo de borrar a Robinho de la memoria. El holandés echó el resto, pero apenas sacó peligro. Aparte de eso, la caña de Van Nistelrooy para cazar un gol y nada más. Sin Sneijder ni Van der Vaart al Madrid le faltó ingenio arriba, donde Raúl e Higuaín se dieron la gran paliza a correr pero no atinaron a crear peligro.

Y es líder el Atlético, que vive días felices, con su plaza en la Champions, con el renacer de Forlán, cuya mala pretemporada queda atrás, con su flamante campeón olímpico Agüero y con el sainete del vecino, rematado ayer con esa derrota que llegó precedida de la comparecencia de Robinho por la mañana, un tanto esperpéntica. Hoy se cierra el cupo de contrataciones, todavía hay tiempo para cualquier cosa, pero será raro que el mercado le ofrezca al Madrid hoy lo que no ha aflorado en diez días. Y ya, haga lo que haga, ha quedado mal. Y peor tras esa derrota en Riazor que enfatiza sus deficiencias.