El campeonato de las cuatro estaciones

El campeonato de las cuatro estaciones

Vuelve la Liga. Después de un verano extraordinario, con la victoria en al Eurocopa y los apasionantes Juegos de Pekín, la Liga podría parecer como algo rutinario, un valle tras las grandes cumbres. Puede ser, pero un valle hermoso y vital. Un valle en el que vivir las cuatro estaciones a través de una competición en la que todos se enfrentan con todos, aquí y allá, y en la que todos dependen de los resultados de todos los demás, porque el puesto final en la tabla no depende sólo de lo que haya hecho uno, sino también de lo que hayan hecho o dejado de hacer los más próximos. Ese es el secreto. Nada es indiferente.

Lo de este fin de semana parece una especie de salida en falso, porque en el próximo habrá parón para partidos internacionales. Pero es una salida, y en ella nos vamos a ver todos después de un verano en el que se ha fichado poco, en el que sólo el Barça, obligado por sus desastres y apoyado en la recaudación de las ventas de Ronaldinho y Deco, ha comprado bastante, y creo que bien. Pero además conserva en la sala de máquinas a Xavi y a Iniesta, dos grandes. El Madrid le espera con lo que tenía más Van der Vaart (oportuno ante la lesión de Sneijder) y un serio contratiempo amoroso: el desdén de Cristiano.

La buena noticia para el Madrid es que en el campo no se le nota ese contratiempo. Pero se va a tener que enfrentar a la buena nueva cara del Barça. Y a la reafirmación del Sevilla, que tiene un aire imponente pese a una venta más, la de Alves. Y a la solidez del Villarreal, que ganó en un asalto la pelea por Cazorla. Y al rearme moral del Atlético, que con nuevos centrales y con Forlán y el Kun se siente capaz de todo. Y al sosiego recuperado del Valencia, rescatado por Soriano de las tinieblas y con Villa y Silva asegurados. La Liga que tiene el Madrid la quieren todos esos y alguno más. Ya rueda el balón.