Maribel Moreno nos ha cortado el rollo

De repente, la insensatez de una ciclista nos hace caer de bruces. Se fue por un ataque de ansiedad, dijo. Iba a dar hoy una conferencia de prensa para explicarlo, decía. Pues no hizo falta. La explicación llegó desde Pekín: ha dado positivo por EPO en el control que pasó al llegar allí. Ahora no es difícil relacionar el 'ataque de ansiedad' y la fuga precipitada con aquel control. Al fenomenal momento del deporte español le ha salido una mancha. Sí, ya sé que Maribel Moreno no era nadie (y en el futuro, menos) pero el hecho de su positivo en los JJ OO va a extender sospechas sobre todos.

Porque hay por ahí fuera mucha gente convencida, sincera o interesadamente, de que el enorme éxito del deporte español tiene truco. De que los controles antidopaje en nuestro país son muy laxos. Cosas así son fáciles de encontrar en la prensa francesa, donde siempre ha habido reticencias hacia Nadal y hacia los ciclistas españoles, que ahora empalman tours como churros. Maribel Moreno les ha dado argumentos. Y a mí me da rabia que el caso de esta chica no haya sido detectado antes, porque estoy seguro de que con más escrúpulos y mejor vigilancia se podría haber evitado esto.

Lo digo porque, conociendo lo que conozco del ciclismo, sé que todos en ese mundillo saben todo lo que pasa, quién aún arriesga y cuánto, y quién no. Y lo digo porque a la ley antidoping no ha seguido la energía investigadora y sancionadora que podríamos haber esperado. Ya han pasado cosas después de la ley: el caso Saunier Duval, Dueñas dio un nombre de médico, Jesús Losa. No se sabe que haya diligencias abiertas en estos casos. Por cierto, detectados en el Tour, no en España. Nuestros laboratorios aún son perezosos o deficientes. Que nos haya pasado esto no es casualidad. Es un poco culpa colectiva.