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205 países están de acuerdo en esto

Cada dos años, el honor de ser el acontecimiento más visto en el mundo por televisión salta alternativamente de la final de la Copa del Mundo de fútbol a la ceremonia inaugural de los JJ OO. Bueno, pues hoy es uno de esos días. Será a las 14.08, hora española. Las ocho y ocho de la tarde en China. Las ocho y ocho del día ocho del mes ocho del año ocho de este siglo. Nuestro abanderado desfilará a las 16:15, aproximadamente. Cuando todo acabe, se encenderá una llama y eso supondrá que en al menos una cosa 205 países del mundo estamos plenamente de acuerdo. Es un día feliz.

Los jóvenes más hábiles y esforzados del planeta compiten entre sí. Es hermoso, desde luego. Ya sé que hay pegas, que el mundo no es tan feliz. Y que en China no se cumplen los estándares democráticos que consideramos imprescindibles en una sociedad avanzada. No falta quien piensa que conceder los JJ OO a un país así significa respaldar a sus gobernantes y a sus prácticas reprobables. Pero la experiencia demuestra que los JJ OO producen una influencia benéfica. Abren ventanas, ponen al país organizador en contacto con el resto del mundo, suponen una inyección de universalidad.

Por lo demás, esperamos, como siempre, unos JJ OO hermosos. El deporte progresa y cada cuatro años luce sus mejoras en este acontecimiento, al que en esta ocasión acuden Michael Phelps y Yelena Isinbayeva como candidatos a los tronos simbólicos de rey y reina de los Juegos. En torno a ellos se moverán miles de deportistas, algunos tan célebres como nuestros Nadal y Gasol, otros casi anónimos. Todos con la misma ilusión: exaltar las virtudes físicas y morales de la especie humana, para que durante unos días sepamos que podemos ser mejores todos y cada uno de nosotros. Con nuestro esfuerzo.