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Soriano y las soluciones del Valencia

Dijo Churchill que los Balcanes producían historia a mayor velocidad de la que podían digerir. Viendo al Valencia de estos tiempos he recordado la frase. Ante los ojos atónitos de la afición han ido desfilando últimamente entrenadores, directores técnicos, cuadros médicos, secretarios generales y hasta presidentes a una velocidad de vértigo. En un año, el puesto de director deportivo ha ido pasando, con una u otra denominación, de Carboni a Miguel Ángel Ruiz, luego a Juan Sánchez, después a Azkargorta (quince días) y finalmente a Fernando, que se supone se apoyará en el antepenúltimo.

La penúltima pirueta de Soler, ese chico al que su padre le compró el Valencia en vez de comprarle una bicicleta, fue poner al frente del club a Juan Villalonga, con el que se peleó en dos semanas. Este ahora decía haber reunido el dinero suficiente para comprarle las acciones, pero ya no hay tu tía: Soler prefiere venderle a Soriano. Y Villalonga se va con una nota desagradable, en la que, medias verdades o medias mentiras, dice que Villa ha estado a punto de irse al Madrid y que Silva también ha podido salir. No sé si Villalonga volverá algún día. No lo creo. Pero lo importante es que no vuelva Soler jamás.

Ahora parece que va en serio, que lo deja todo en manos de Vicente Soriano que, francamente, me gusta más que Villalonga. Le veo más futbolero, más carne y sangre del valencianismo. Es audaz y debería tener el apoyo de los políticos, que es necesario. Y obligado, porque han contribuido primero con apoyo, luego con pasividad, a los desastres de Soler. Ahora tendrán que ayudar a Soriano (con más derecho de techo en el viejo Mestalla), porque el Valencia ha sufrido una especie de tormenta perfecta (Soler más la crisis inmobiliaria) de la que no se sale así como así. Pero al menos pienso que lo peor ya ha pasado.