El Atlético ya no quiere ser el Pupas F.C.

"Somos el Pupas F.C.". La expresión se debe a Vicente Calderón, que fue un grandioso presidente del Atlético, al que supo sostener con continuos aciertos y una especie de economía de guerra muy cerca del Madrid y por encima del Barça muchos años. En ciertos periodos, incluso por encima del Madrid. Pero dejó ese legado del Pupas un mal día, después del inaudito gol de Schwarzenbeck, que vino a negarle al Atlético una Copa de Europa que ya tenía cogida por el asa. Calderón sintetizó en esa expresión cierta tendencia del Atlético al malditismo, tendencia que él había combatido mejor que nadie.

Pero la expresión cuajó y se fue tomando con el paso de los años como esencia atlética. Y así surgió poco a poco en torno a este club una leyenda de vapuleado feliz y le procuró un acompañamiento de perdedores o de estetas de la derrota que iban camino de hacer del tercer club de España una especie de imán de las desdichas, un grupo fracasado y conforme con serlo. El lamento ocasional de Calderón elevado a la categoría de teoría fundacional. Ahora el Atlético quiere desprenderse de esa imagen. Y lo advierte desde ese formato con que cada año se dirige a la afición: el 'spot' de pretemporada.

Este 'spot' es un acierto conjunto del Atlético y de Señora Rushmore desde hace años. Cada verano se espera con la curiosidad con que en Navidades esperamos para saber el anuncio último antes de las uvas, o en primavera el alegato antitaurino de Vicent en El País. El Atlético ha ido esculpiendo la personalidad del club en esos mensajes breves, de formato sencillo, directo y nítido. Ahora anuncia que lo del Pupas no es lo suyo. Claro que no. El Atlético está en esto para ganar, como todos. Y lo conseguía con frecuencia. Y lo volverá a conseguir si se lo propone. Como antes de revolcarse en la estética del perdedor.