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No me gusta la idea del equipo-esquirol

El Madrid no sabe bien qué hacer el domingo si finalmente se confirma la negativa del Levante a jugar el partido, y en ese no saber qué hacer me parece que se está liando. La idea de programar un amistoso no me gusta. La encuentro demasiado irrespetuosa con los huelguistas. En puridad se trata de buscar a toda prisa una especie de equipo-esquirol para ocupar el lugar del Levante. Suena feo. Aparte de que una incomparecencia, como la que se plantea, tiene su ritual. El Madrid debe comparecer con el trío arbitral, dejar pasar media hora de cortesía, y luego se levanta acta de incomparecencia.

Como el Levante, además, se plantea hasta última hora el viaje a Madrid y hasta la presencia en el vestuario antes del partido, bueno será apurar hasta ese último instante las posibilidades de que el partido se juegue. Contratar un amistoso (que, además, es cosa que debe solicitarse a la Federación con diez días de plazo y para fecha "no oficial") es dar por descartado de antemano el partido de verdad. Es descartar anticipadamente la posibilidad de cambio de actitud de los jugadores del Levante. Es frenar de salida la posibilidad más deseable: que haya solución y se juegue. No, no me gusta.

Bueno, ¿y si al final no juega el Levante y hay 85.000 personas en las gradas? Pues puede hacer una exhibición el Madrid mismo, dos equipos, con cualquier fórmula. Defensas contra delanteros, por ejemplo, algo que siempre he tenido curiosidad por ver, y que daría que hablar. O con cualquier otro reparto de los equipos. Con menor duración, quizá, con aire natural (si el contrario no se presenta, jugamos entre nosotros, como se ha hecho siempre), como prolegómeno a la fiesta programada, que se merecen el equipo y el público. Pero apurando la mejor posibilidad: que el Levante juegue.