Dos lecturas distintas de la 'foto finish'

Dos lecturas distintas de la 'foto finish'

El año pasado el Madrid ganó la Liga en 'foto finish', y por lo tanto pensó que debía seguir mejorando, que no podía confiar en goles salvadores de Sobis o Tamudo un año más, así que tuvo el santo valor de echar a Capello, y además de eso dio unas cuantas bajas e inviritió, por segundo año consecutivo, cien millones en fichajes. Junto a Capello se fueron Emerson, Cassano, Helguera, Roberto Carlos, Reyes, Beckham y algunos más. (Ronaldo ya se había ido). La segunda transformación ha funcionado, el nuevo equipo no sólo es más divertido sino también más eficaz. Este año no hay 'foto finish'.

El Barça, a su vez, perdió la Liga en 'foto finish' y pensó que en realidad todo se debía a un par de despistes, los dichosos goles de Sobis y Tamudo, cuatro puntos en dos patadas, y que con una llamadita de atención general podría bastar. Así que dejó a los que había, fichó otro galáctico (Henry), hizo algún maquillaje (Abidal) y decidió tirar para adelante. La consecuencia es que hoy el Barça tiene catorce puntos menos que el Madrid (el año pasado estaban empatados en esta jornada), tiene difícil el segundo puesto y se ve en el penoso trámite de asistir de invitado a la fiesta de su eterno rival.

Valentía o cobardía en las decisiones, ésa es la cuestión. Calderón fue valiente hasta la temeridad al echar a Capello tras ganar el título. Ahora disfruta las consecuencias. Laporta fue cobarde y rehuyó una realidad que estaba bien patente en los crecientes michelines de Ronaldinho. Ahora asiste a esas deserciones de Etoo y Deco (que descuidan su obligación de pelear por el segundo puesto, que no es ninguna tontería) y al desconsuelo de una afición que le culpa, con razón, por no haber hecho lo que debía. Son las consecuencias, un año después, de dos lecturas distintas de una 'foto finish'.