Cuando los empates saben a derrota

Esta noche, el Madrid en Mallorca. Mañana, el Villarreal en el Sánchez Pizjuán y el Barça ante el Getafe, en el Camp Nou. Los tres aspirantes suben la cuesta resoplando en un final de Liga que parece un largo puerto, de esos del Tour, con un escapado que se agarra al manillar y dos perseguidores que hacen la goma. Más cerca, más lejos, más cerca, más lejos... Desde que la victoria da tres puntos, las diferencias se han hecho más fungibles. Y llegados a estas alturas, y cuando se va a por el título, los empates empiezan a saber a derrota. Ganar, ganar, ganar... Eso necesitan los tres aspirantes.

Hoy le toca al Madrid, que se enfrenta al Mallorca, con el que sostiene algo así como una joven rivalidad. La empezó quizá Etoo, que se vengó del desprecio del club con frecuentes goles que empezaron ya en el Mallorca. Y más cosas. En Mallorca murió el florentinato, hace poco más de dos años, tras una de tantas derrotas ante los bermellones. Y el Mallorca amenazó el último alirón del Madrid y ha sido su último ejecutor en la Copa. Hay una rivalidad nueva, briosa y creciente, que culminó en aquel estallido de los entrenadores, felizmente superado por ambos. También por eso esperamos esta noche un partidazo.

El Mallorca, tras una larga racha de empates que le mantuvo en la tabla como en calma chicha, se ha animado a ganar. Y tiene a Ibagaza, Arango y Güiza con todas las luces encendidas. Tres jugadorazos. El Madrid se reencontró ante el Sevilla. Tiene necesidad de puntos, porque tras haber disfrutado de tantísima ventaja, bajar de los seis le agobia. Raúl tira del carro, Higuaín le secunda y Robben aparece por fin, pero la noria la mueven Gago, Guti y Sneijder. Ese medio campo tiene la palabra. Para 'campeonar' Schuster se ha agarrado definitivamente al buen fútbol. Pero hoy se lo van a poner difícil. Es el Mallorca.