A la gente le gusta esta Selección

A la gente le gusta esta Selección

"No vendáis humo", es el ruego de los internacionales a los periodistas. Temen que se arme la zaragata antes del Europeo, que se cree la expectativa que se creó cuando el Mundial de Alemania (aquella Plaza de Colón a rebosar con el 'show' de la Cuatro, ¿recuerdan?) y luego no estar a la altura de la expectativa. Y sin embargo es así: el fútbol crea sensaciones exageradas, y por eso nos gusta. España lleva año y medio sin perder, acaba de ganar a los dos finalistas de la última Copa del Mundo, ganó a Inglaterra a domicilio y, no hace tanto, también a Argentina, aquí. Cuatro de las siete naciones que han ganado un Mundial.

Y sobre eso nada además la idea de que hay un equipo, un modelo bonito, una seguridad. Fijémonos en Casillas: vive partidos mucho más tranquilos en la Selección que en el Madrid, donde pasa los partidos en un grito. Luego está el eje Xavi-Iniesta, esa pareja de humildes que constituye la sala de máquinas del equipo, una pareja formidable que maneja el balón y el ritmo de los partidos. Y hay una promesa de mejora en Cesc y el Niño Torres, que se encuentran entre los grandes jugadores de la Premier, y que en este equipo tienen un desarrollo posible muy largo, hasta ser aquí lo que son allí.

Así que no me extraña que la gente me pregunte por la calle si por fin esta va a ser la ocasión de España. Yo, que alcancé a ver a la Selección ganar una Eurocopa, recuerdo que aquel era un equipo técnico y cerebral, cuyo ritmo marcaban Fusté, Suárez y Lapetra, y que tenía arriba el embrujo de Amancio, entre otras cosas. Nada de furia. No era un equipo para el choque, el cabezazo, la pierna fuerte y el ataque ciego, aunque no le faltara atrevimiento. Aquel estilo nos hizo ganador. Ahora estamos en ese camino. ¿Por qué no esperar? Ganar es difícil, pero se trata de intentarlo. Y de no temerlo. Vendamos humo.