Un líder sin pasión y un gamba menos

Un líder sin pasión y un gamba menos

Lo del Madrid en Riazor va para mayoría de edad y derecho de voto. Lo de no ganar allí, me refiero. Los demás partidos están en el baúl de los olvidos, pero el de ayer vale para analizar a este líder, que sin pasión se queda en nada. Tiene muy poquitos jugadores desequilibrantes, y cuando no están, o están a medias, sólo le queda el nervio. Pero ayer no lo tuvo. Ayer jugó como se juega un partido de vuelta en Copa cuando el de ida se ha ganado tres a cero. A verlas venir. Y viéndolas venir, vio venir a Luis Filipe, que se coló hasta la cocina y metió un centro venenoso que pilló a contrapié a Pepe.

Uno a cero y a otra cosa. Un Depor convaleciente, que va saliendo del apuro con la receta de los tres centrales, fue bastante para detener a un líder absurdo, al que parece que le va invadiendo la cara oscura de Schuster, ese que busca moscas con las que pelearse en vez de disfrutar de su glorioso momento de hombre 'joven, guapo y con dinero, ¿qué más quieres Baldomero?', como rezaba el anuncio de Philishave, años atrás. Schuster se corroe en su pelea consigo mismo y su Madrid se sume en ese agujero, y cita al Barça en largo, le cita en el Bernabéu, donde a este paso decidiremos la Liga.

El sábado nos deja otro tema para reflexión, el del nuevo incidente en el campo del Betis. Con un motivo para el optimismo esta vez: el gamba que alcanzó a Armando con una botella en el ojo fue de inmediato identificado, detenido, aislado y puesto a buen recaudo. Esa es la única forma en la que el fútbol debe reaccionar ante estas cosas, señalando al gamba, sacándolo de la grada, individualizando su acción como propia de alguien que no está en sus cabales, no como acto mostrenco de toda la afición. Expulsemos a cada uno de estos inadaptados y tengamos la fiesta en paz. Aún así, al Betis le costará caro.