Schuster alimenta el antimadridismo

Schuster alimenta el antimadridismo

Ya sé que hoy juega el Madrid contra el Roma, y todo lo que se juega. Pero no puedo sustraerme a un problema que el Madrid tiene y tendrá, pase o caiga hoy. Ese problema se llama Bernd Schuster. Poco que oponer a lo que hace vestido de chándal, en las sesiones de entrenamiento, y en la forma en que maneja la plantilla. Si acaso, lo injusto que está siendo con Soldado. Pero se maneja. Tiene al Madrid líder en la Liga. Y sigue en Champions, al menos hasta hoy. Claro que también es verdad que no está en la Copa y que cogió un equipo campeón, reforzado con cien millones de euros.

Pero su puesta en escena es desastrosa y no se puede pasar por alto. El otro día el Madrid ganó por el mal arbitraje de Iturralde. Como Schuster ha hablado tanto de árbitros (hasta ha rechazado públicamente la recomendación de su presidente de evitar esa cuestión), era perfectamente natural que la prensa onubense le saliese por ese registro. En vez de asumir que esta vez le tocaba poner el pecho a las balas, Schuster se levantó y se fue. Desprecio a un grupo de periodistas, desprecio a una ciudad, desprecio también a la historia del Madrid, que se ha hecho de otra manera. Es intolerable.

El madridismo es la segunda religión oficial de este país. Pero el antimadridismo es la tercera. Schuster puede conseguir que se invierta ese orden en el podio. En Cádiz, en Alicante, en Mallorca, en Huelva, en cada telediario... en demasiados sitios ha dejado mal al Madrid, que a lo largo de tantos años ha conseguido muchos afectos por esforzarse en ser un ejemplo moral. No digo que siempre lo haya conseguido, pero sí lo ha intentado. Schuster no respira así, ni mucho menos. Sólo pretende mear más largo. Es un problema serio para el Madrid, y lo seguirá siendo pase lo que pase esta noche ante el Roma.