Ahora todos quisieran estar en la Copa...

Ahora todos quisieran estar en la Copa...

Sí señor, la Copa para el que la trabaja. Llegan las semifinales y ahí están Barcelona, Valencia, Getafe y Racing Club. Los dos primeros juegan hoy en el Camp Nou, los otros, mañana en el Coliseo Alfonso Pérez. Los cuatro están a tres partidos de un hermoso título, a dos de un bellísimo acontecimiento, la final. Llegados aquí, todos vemos que ha merecido la pena, que hubiera merecido la pena hacer esfuerzos que no se hicieron. La Copa estorba en enero, dicen, pero luce ahora, cuando se ventea la primavera y de repente se abre una semana de expectación para aplaudir a los que llegaron hasta aquí.

Y mientras millares de cántabros preparan un viaje ilusionado para plantarse en Getafe (finalista de la última por cierto) el Barça se mantiene en lo alto de la ola con su partido ante el Valencia. Estamos en lo que Boris Izaguirre llamaría 'momento Barça'. De repente todo le sale bien, al revés que al Madrid. Recupera ausentes y lesionados, recupera puntos, reclama focos, recibe al último (al que golea), se prepara para visitar a un Atlético destruido y entre una y cosa y otra le sobra remango para llenar el miércoles con un bonito partido de Copa ante el Valencia, ese Valencia que ni se compra ni se vende.

Ahora recuerdo que Schuster dijo que mejor haber caído en la Copa. Mi amigo Ferrándiz, aquel ganalotodo cuando era entrenador del Madrid de baloncesto, se indignó. Y tiene razón. No, no es mejor. Lo mejor es lo de Barça, que está en todo, se atreve con todo, juega a todo y tiene el viento en la espalda. Lo de Schuster fue la fábula de la zorra y las uvas. ¿Da fatiga esto al Barça? Le da protagonismo y gloria, del mismo modo que al Valencia le da consuelo y esperanza, y a Getafe y Racing Club les alimenta la ilusión. El fútbol es para jugarlo y el fútbol de Copa es particularmente bello. Felicidades a los cuatro.