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Luis, Laporta y esa extrema confusión...

Me lo temía hace algunos meses y así lo escribí aquí. Y se ha confirmado: Luis Aragonés se ha convertido en el pim-pam-pum del fútbol español. Ayer, antes de salir para Dinamarca, sobrevoló el entrenamiento de España un globo guasón, que le hacía moderada burla. También ayer le pilló una cámara, de nuevo en fuera de juego, descarándose con un aficionado: "¿Cuántos mundiales ha jugado Raúl? ¿Cuántas eurocopas? ¿Qué hemos ganado con él?" Un desahogo gratuito y bastante cutre. Un desahogo que revela una obsesión, una falta de control del momento. Luis no puede ser el chufla de cada día. Y lo es.

Me da rabia, porque ese permanente desvarío autoriza a Laporta cuando mira oblicuamente a esta Selección. Laporta juega con ventaja porque el que maneja este grupo es Luis, y por encima de Luis está Villar, y tanta cochambre le envalentona para decir que los internacionales no metan la pierna. No lo dice por España, sino por todos, pero aquí se lee muy mal. Se autoerigió en Espartaco de esta causa cuando Henry toreó al Barça y se quedó cuatro días con Francia por la cara, pero tuvo la habilidad de convertir eso en una causa noble: los clubes pagamos y estos se van por ahí. Y viva la República Autónoma Culé y olé.

Pero es que la 'boutade' de Laporta encuentra defensa en la presencia de Luis al frente de ese grupo de buenos chavales que merecen más, porque son buenos futbolistas. Su causa no es la de Luis (que no se sabe la que es) ni la de Laporta. Su causa es el fútbol, el fútbol bien hecho, y sus propias carreras. Eso les hace deseable llegar a la fase final de la Eurocopa, pero ¡qué duro se lo estamos poniendo, entre luises y laportas, entre montescos y capuletos! Por cierto, Luis: con Raúl no se ganó ningún Mundial ni ninguna Eurocopa, pero siempre nos clasificamos para las fases finales. Así que suerte, vista y al toro.