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Sí, Iker, Ronaldinho es el mejor, pero...

Comentaba Casillas, en un ameno diálogo que preparó la Cuatro con él y Willy Toledo, que Ronaldinho es el mejor de todos, mejor que Kaká y que cualquiera. Incluso que había un bache entre él y los siguientes. En fin, que podría decir como El Guerra, "primero yo, después de mí, naide, y después de naide, Antonio Fuentes". Pues eso: después de Ronaldinho, 'naide', y después de 'naide' el que ustedes quieran poner, Kaká, Messi, Cristiano Ronaldo o el que sea. Estoy con Casillas, sólo que con un pero. Ronaldinho es potencialmente el mejor de todos, pero su abandono empieza a difuminar sus cualidades.

"Ronaldinho es el mejor jugador del mundo, pero el peor del Barça", me decía alguien no hace muchas semanas. Jugaba él y el Barcelona andaba así, así. Dejó de jugar y el Barcelona voló. Volvió en Stuttgart y aunque ganó, ya no fue lo mismo. ¿Qué pasa? Pues lo que apuntaba aquella célebre portada de AS, en la que se comparaba su silueta de tres años atrás con la del año pasado. De la tabla al toblerone. Cualquier jugador, por bueno que sea, necesita cuidar el físico. Entrenarse con intensidad, descansar en profundidad. El cuerpo del futbolista es una máquina de precisión que no permite abandonos.

Claro que muchos jugadores salen, claro que muchos jugadores racanean en los entrenamientos. Pero, como todo, se trata de una cuestión de medida. Ni monjes ni perdularios. Chicos jóvenes con dinero y tiempo libre, sí, pero también con la honradez de saber que deben cuidar el chasis, sobre todo cuando se acercan los días de partido, que hoy en día son dos por semana. El cuerpo joven lo resiste todo, el no tan joven resiste sólo casi todo. Lo que a los veinte años vale, a los veintisiete empieza a pesar. Manejar eso ayuda a ser un grande de verdad. Y Ronaldinho está llamado a serlo. Pero...