Me encantan las semanas de Champions

Después de cuatro derrotas, ganó el Sevilla. Cuatro derrotas consecutivas eran demasiadas para un equipo que impresionó tanto los dos últimos años, pero al que una concatenación de circunstancias había quitado el sitio. La fatalidad de Puerta, la tensión en torno a Alves, el coqueteo, o así, de Juande Ramos con el Tottenham... ¿Se nos iba a escurrir el Sevilla por esos sumideros? Mucho equipo era para perderse así como así, pero cuatro derrotas eran una señal mala de verdad. Anoche se rompió eso. Anoche el Sevilla goleó bajo la lluvia, sintió el placer de una gran noche europea. Ha vuelto.

Como ha vuelto Ronaldinho, sin mayores daños, porque también el Barça ganó. Rijkaard hizo una apuesta fuerte: los tres 'petitets' (como los llama Rexach) en la media: Xavi, Deco e Iniesta. Arriba, Messi, Henry y Ronaldinho. ¿Qué equipo puede reunir eso? ¡Y faltaba Etoo! ¡Y Bojan y Giovani a la espera! Se ha lesionado Touré, ayer recayeron Márquez y Puyol, la zona de contención del Barça se debilita, pero, con todo lo que tiene por delante, ¿quién se atreverá a asomarse al área de Víctor? Impresiona todo el capital futbolístico del Barça. Tan es así, que Ronaldinho casi no es ya otra cosa que uno más. Nada menos.

Bueno, pues los del martes lo han puesto caro para los de hoy. El Valencia recibe a un Chelsea post-Mourinho, aquejado de nostalgia por la salida del singular líder portugués. Como siempre, pelea entre presidente y entrenador. Cuestión de celos, disputa sorda por la propiedad intelectual del invento. Hoy veremos qué sale de eso. Y veremos también al Madrid, pero ¿a qué Madrid? ¿Al de Villarreal o al de Getafe? Este Madrid de claroscuros tiene desconcertadas a la afición propia y a las adversas, con sus rotaciones y sus desmayos. En fin, que me encantan estas semanas de Champions.